domingo, 17 de octubre de 2010

Macarrones al horno.



Receta
Sartén con termómetro incluido IX Jornadas Micológicas Jayena Fornes 08 Portada7 comentarios
Pintxo
27 de noviembre de 2008




Los macarrones al horno son una receta deliciosa y que a todo el mundo puede gustar. Los ingredientes son los básicos de esta receta, champiñones y chorizo. Aunque podéis cambiarlos por los que más os guste. De hecho, alguna vez los he comido con tomatitos confitados, unas hojas de espinaca baby y cebolla.

Como todas las semanas siempre intento hacer una receta de pasta diferente. En mi opinión las recetas de pasta son las que más imaginación nos permiten trabajar en la cocina.

Ingredientes para 4 personas.

200 gr de macarrones rallados o penne rigate, 1/2 litro de bechamel clara (no muy espesa), 200 gr de champiñones, 150 gr de chorizo de cantimpalos, dos ajos, sal y aceite de oliva.


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Elaboración.

Primero ponemos a hervir agua con sal para cocer la pasta. Los macarrones por lo general necesitan unos 11 o 12 minutos de cocción en agua hirviendo. Al finalizar los refrescáis con agua fría para evitar que sigan cociendo. También podéis ponerle un poco de mantequilla o aceite de oliva para evitar que se peguen unos a otros.

Mientras estén cociendo podéis ir preparando los ingredientes. Limpiamos y laminamos los champiñones y cortamos el chorizo en trozos. Pochamos los champiñones con un poco de sal y el ajo y cuando estén casi a punto agregáis el chorizo y dejáis que los sabores se mezclen durante unos minutos.

Por otro lado, tenéis que preparar la bechamel tal y como os hemos indicado en diferentes ocasiones. En este caso, y para que quede algo más líquida utilizar unos 40 gr de mantequilla, 40 gr de harina y algo más de medio litro de leche.

Colocáis los macarrones rallados en una fuente de horno y le añadís 3/4 partes de la bechamel y mezcláis bien. El resto de la bechamel la mezclamos con los champiñones y el chorizo y los ponemos por encima de los macarrones.

Gratinamos unos 15 minutos a 180 ºC en horno precalentado.

Paso a paso en fotos.



Tiempo de elaboración 40 minutos
Dificultad Fácil

Como mejor podemos comer la receta de macarrones al horno es bien caliente y casi como plato único. Si queréis podéis, poner a gratinar los últimos cinco minutos, los macarrones con algo de queso parmesano o enmental, aunque personalmente prefiero esta receta sin nada de queso.

En Directo al Paladar Penne rigate con salchichas. Receta
En Directo al Paladar Receta de Macarrones con morcilla de burgos, piñones y espinacas gratinados con bechamel

viernes, 3 de septiembre de 2010

martes, 1 de junio de 2010

Pan líquido



Especial

MISIÓN GULA http://es.mc233.mail.yahoo.com/mc/compose?to=guias@miropopic.com%20%20
Se equivoca una vez más, señor Presidente, la cerveza es una necesidad nacional y las empresas Polar más todavía. La cerveza es tan vieja como el pan y debe tener unos 12 mil años de antigüedad. Si no fuera necesaria, no habría durado tanto, ¿no le parece? Las pruebas más antiguas de su fabricación datan de 3.500 años antes de Cristo y se ubican donde actualmente están sus amigos iraníes, cuando esas tierras se llamaban Elam.

¿Sabe cómo le dicen los checos a la cerveza? ¡Pan líquido! Es más, el nacimiento de ambos productos tiene un mismo origen.

Todo fue producto de la casualidad. Tanto para hacer pan como para hacer cerveza se requiere sólo de harina y agua. Si uno pone más harina que agua se produce una masa que luego de transforma en pan. Si uno pone más agua que harina y se deja fermentar se consigue cerveza. Así lo comenzaron a hacer en Mesopotamia, ahí, cerquita de Teherán, donde usted estuvo hace poco, dando lugar a un proceso que luego sufrió perfeccionamientos pero que básicamente es el mismo. Por eso se considera a la cerveza un alimento.

Es más. En algunas culturas, la cerveza tenía un carácter sagrado y al proceso de fermentación le atribuían propiedades mágicas. Hay ilustraciones antiguas donde se describen ofrendas de cerveza a los dioses. Hasta su nombre se deriva del de Ceres, que era la diosa de los cereales. Algunos historiadores hablan de una tabla asiria de 2.000 años a.C. donde se deja constancia de que la cerveza formaba parte de las provisiones del Arca de Noé.

Si no fuera importante no la habría subido a bordo, ¿verdad? Hubo una época en que a la gente le pagaban con cerveza, como ocurrió en Babilonia. Los que la fabricaban no estaban obligados a ir a la guerra pero sí debían ir a la cola de los ejércitos para asegurarles a los soldados el suministro de cerveza; si no, no peleaban. ¿Se imagina si llega a ganar Santos en Colombia y a usted se le ocurre darle la pelea y no está la Polar para abastecernos? ¡Ni Dios quiera!

No queremos ni guerra ni que Polar desparezca. Los checos son los que más cerveza beben en el mundo con un promedio de 160 litros, por eso son tan felices, más todavía desde que se alejaron del comunismo y comenzaron a disfrutar las ventajas de una sociedad de mercado. Les siguen los irlandeses con 155 litros y en tercer lugar están los alemanes con 127 litros.

Aquí nos conformamos con 85 litros, seguidos de los colombianos con 58, los chilenos con 52 y los mexicanos con 51. Estudios científicos han encontrado en la cerveza ciertos componentes que ayudan a prevenir el cáncer de próstata, mama, colon y ovarios. Este micronutriente se llama xantohumol y se encuentra en el lúpulo que se le agrega a la cebada durante la fermentación y es lo que le da aroma y sabor.

También actúa como antioxidante y puede reducir la acción del LDL, conocido como colesterol malo. Científicos británicos dicen que la cerveza clara consumida con regularidad ayuda a evitar el efecto dañino de la radiación solar. También ayuda a combatir el estrés y mejora la eficiencia del metabolismo ante dietas ricas en grasas. Cómo no va a ser importante la cerveza si casi un 90% de ella no es más que agua y como agua casi no hay, por más que llueva, no nos queda más remedio que saciar la sed con una polarcita bien fría.

Lo malo que tiene la cerveza es que su consumo en exceso dilata el estómago, pero eso entre sus partidarios ya es costumbre. ¿Sabe que casi la mitad de lo que pagamos por una cerveza se lo coge usted, perdón, el Gobierno? Pregunte en el Seniat cuál es la contribución tributaria de Polar y verá que sin ella no tendría ni para pagar la nómina del PSUV.

Menos ahora que el petróleo está bajando a millón y las reservas no alcanzan para tanta gente. La cerveza, para terminar, es la más popular de las bebidas del venezolano, incluso entre sus partidarios bolivarianos. Pregunte y verá. Forma parte de nuestro ADN. Y cuando dicen que este país está polarizado, es verdad. ¡Polar somos todos!